miércoles, 28 de marzo de 2012

Con la tapa de una olla


Laura dice que se rompe una vez y ya está, que no se arregla nunca más, así, del todo.

Dice que alguna vez todos tuvimos uno nuevo pero lo chocamos contra otro a toda velocidad porque esa primera vez no había mucho a lo que tenerle miedo. No sabíamos del dolor. Fuimos y nos la dimos con todo.

Me explica que todos tenemos el corazón un poco roto, que todos andamos en un fitito destartalado. Que a veces se te rompe hasta el volante y manejás con la tapa de una olla. Andás sin frenos, te chocan otra vez, chocás vos. Que no podés, aunque quieras, andar en auto nuevo. Eso ya pasó. Ahora tenés ese fitito y además, la dificil tarea de amarlo, porque hay que ir por ahí, manejando así, a la vista de todos.

Fijate bien, fijate bien, me dice con los ojos grandes, todos andamos manejando con tapa de olla. Hay gente que adorna lo estropeado, construye sobre lo que tiene, pero todos tenemos roturas irreparables. Y en vez de llamarlo corazón me dice que si mi fitito es más lindo es porque le puse más de mí, no porque sea mejor.

Si no lo arreglás un poco y vas con miedo y despacio, no podés impactar a nadie. No podés volver a chocar. Te quedás ahí parado, espiando el abismo del desarmadero. Sé es muy joven y muy inteligente para eso, me dice Lau.

- Puede ser - le digo- pero si pasa uno en auto estropeado y a la vez descapotable, ese sí está arreglado. Ese pudo. Se curó.

-No sé - me dice Laura - no sé, capaz quiere decir que en el último choque se le voló hasta el techo.






4 comentarios:

  1. ufff... me encantó!
    Yo lo manejo con un disco de pasta a mi fitito destartalado corazon. Y escucho canciones mientras viajo, despacio, pero sin pausa; buscando un fitito al que le falten las partes que me sobran y le sobren las partes que me faltan y hagamos uno nuevo entre los dos...

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