jueves, 30 de diciembre de 2010

Cita con 2011



Los balances son esos males necesarios de cada diciembre. Inevitable mirar para atrás, los 12 meses como un todo, buscar unas palabras que lo definan. Necesitamos cerrar ciclos, abrir otros.

No puedo dejar de recordar, en estos días, que con 2010 nos llevamos bastante mal. Cuando recién nos conocimos, me dio una piña de frente y me dejó knock out. Poco sutil. Por eso es que sólo muy de a poco, trabajosamente, me amigué con él cuando fue trayéndome algunas buenas noticias, ya sobre el final. Su carácter avasallante, demandante e intenso, nos unió en una relación oscura. Un jodido, 2010. Si hubiésemos sido una pareja, te hubiese pedido el divorcio al primer golpe.

En lo personal, fueron para mí varios meses de sentir ese deseo constante de "sacarme el año de encima", como quien se quiere deshacer de un día cansador. Pero a veces ese despojo es gradual y hay que soportar los procesos. Por eso es que no todo es pálida. Rescato los aprendizajes, como siempre. Creo que escribo esto, en definitiva, para destacar que este año me acordé lo importante que es un "detalle" que venía olvidando y subestimando: el amor. Seguramente es un cliché desprovisto de originalidad lo que digo. No descubrí la pólvora. Pero a veces no lo vemos y le damos el peor lugar. Y eso lamentablemente también es un lugar común.

Yo hablo del amor en todas sus formas. Lo vi asomarse en muchos lados e instalarse en muchas personas. Sí, hablo de las demostraciones de mis amigos, de las palabras de mi mamá, de los deseos propios, pero no soy yo sola con mi ego. Hay muchísimo más: las expresiones colectivas y masivas por hechos históricos e inéditos que pasaron en el país (todos sabemos cuáles se destacaron más) son claros ejemplos de la intensidad del 2010. Todas esas personas en las calles fueron una concentración de afecto, de apuesta. Se plantaron las semillas para que, como se oye tanto decir, florezcan mil flores. Fue un año bisagra, más allá de lo personal, desbordante.

No hay otra fórmula. No la hay. Si hay mucho amor, estamos mejor. Si hay poco, todo se complica más.

Y como es fin de año, me voy a poner boluda, un poco más de lo que ya soy o de lo que ya lo hice, sin tomar ningún permiso. Y voy a declararme:

A mis amigas sobre todo, que leen este blog y que saben quiénes son. No hace falta nombrarlas. Agradezco y valoro que estén ahí, bah acá, conmigo, viviendo. Todos van y vienen, los amigos siempre quedan.

A las amigas y amigos que ví poco. Deberíamos vernos más. Aunque sea un poquito. ¿No?

A los jóvenes, incluyéndome, que de a poco sentimos que podemos hacer las cosas un poco mejor en lo social, en lo político, en lo cotidiano básico. Me encantan, jóvenes que lo piensan, lo sienten y lo hacen.

A mis relaciones pasajeras. Si terminamos bien o fue algo fugaz que estuvo bueno, qué más puedo hacer que decirte que fue un gusto habernos conocido. Hay fugaces o cortos pero inolvidables encuentros. Si no fue así, lamento la decisión de silenciar los vínculos y de darle tanto lugar a la histeria. No creo en eso. Parece que no, pero forma parte de lo social por cambiar. Allá vamos.

A mi familia nada. No usan la computadora. Se lo pierden.

Pero a vos 2011..... TE HAGO LA MAYOR DECLARACIÓN. Ahora la cita es con vos. Ya casi estoy lista. Te voy a recibir con mi mejor vestido y una sonrisa porque quiero que nos llevemos muy bien.

Hola 2011, hola bombón. Si no logro seducirte, ¿al menos podemos ser amigos?

PD: 2010, sin rencores. Ya fue.


1 comentario:

  1. La cita es con uno mismo! Citemosnos a difrutar el 2011, que sea con salud!
    mil afectos
    desde el ciberespacio
    saluda atentamente

    jimenamanija.blogspot.com

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