martes, 28 de septiembre de 2010

Y un día sucede

Escribís hace bastante y te gusta hacerlo. A veces te dicen que está bueno lo que hacés. Otras no te dicen nada. Pensás que quizás estaría bueno hacerte un blog. Verbo condicional: “estaría bueno”. Y así andás, conjugando siempre de ese modo, desde hace años. Tenés un montón de ideas en la cabeza. Tenés proyectos, inquietudes, cosas para decir. Tenés una pila interminable de apuntes que leíste para tu carrera. Quiere decir que sobre algunas cosas sabés. Tenés convicciones políticas. También tenés problemas. Algunos los padecés, de otros te reís vos y todas tus amigas. Tenés ganas de conocer ese hombre que se diferencie del resto para poder elegirlo. Querés que te elija. Tenés ganas de viajar. Algún día (algún día) va a importante poco lo que digan los demás. Y entonces te vas a animar a hacer lo que tanto te gusta: cantar. Estaría bueno. “Lo que vale es el deseo. Lo que nos lleva a hacer las cosas es en definitiva el deseo y por él vivimos”. Te convencés, te autoconvencés de que así es. Pero todo parece lejano.

A veces pensás que hay cosas que no van a pasar nunca, pensás que al final, lo del blog, como todos los demás "estaría bueno", es una boludez. ¿Yo un blog? ¿Para qué? Pero por alguna razón te relajás y un día sucede.

Parece que tengo un blog y está cortado en juliana.


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