domingo, 20 de marzo de 2011

*Mundo Sherlock




Y un día te das cuenta de que tantas veces te va a pasar.

Toda esa artillería puesta a la orden de hacer las cosas lindas, de impedir que cualquier cosa las arruine, ese afán de galantear trabajosamente para por fin llevarte a tu casa a la más hermosa, al que está más bueno, al más copado, va a ir a parar a ningún lado, se va a hacer un bollo contra la pared y va a caer oxidado por el abandono, después de los primeros quince días.

Porque viste como es. Te das cuenta un día de que no somos tan sanos ni tan puros. Por el contrario solemos ser bastante jodidos, bien forritos, entrenados para remar con el remo más grande ante el primer cartel de "peligro, zona de acercamiento a alguien", como si te fueran a comer los leones. Así que cada uno por su lado. Qué confusión ni confusión. Todo clarito, flaca.

Pero como a nadie le gusta que lo dejen hablando solo, una se va volviendo cada vez más Sherlock Holmes buscando la grieta en el otro de ese stop inminente, para poder frenar todo a tiempo y decir: "ah no, de ninguna manera, yo me voy antes que vos". Porque así, si te volvés medio indagador de los indicios que den cuenta de que el otro te va a fletar de la peor forma (o de la mejor) te le adelantás y huís. Entonces te quedás menos helada porque ya sabés que se termina, porque vos lo decidiste. Y sos más copada. Lo descubriste y lo delataste poniéndole fin.

Y qué increible pero esos detalles de alguien que hasta hace tan poco te atraían en cantidades impensadas y que parecían diferenciarse por fin de lo común, se vuelven una vulgaridad de un momento a otro cuando el mismo portador de esa gracia está haciendo ruido al lado de tus pies de lo bajo que cayó.

Cuanto más nos esforzamos por gustar, más militamos contra el amor. Y pasa tantas veces. Una y otra. Y otra más. Un experimento a base de prueba error que parece no tener fin. Entonces te preguntás ¿Quién soy? ¿Una persona buscando EXPERIMENTAR? Como que la experimentación se estaría haciendo larga.

Pero ese mismo día en que te das cuenta de que te va a seguir pasando, también te terminás de convencer en que sólo va a parar cuando te encuentres con otro que está igual que vos de hinchado las pelotas y te mires sin toda esa ridiculez, sin esa fobia absurda y desproporcionada al contacto.

Y por alguna razón, sabés que eso va a pasar un día. Así que todo bien.

Mientras tanto, unos libritos de Conan Doyle y a explorar el mundo Sherlock.

*Dedicado a mi amiga lo más, que me entiende muy bien

No hay comentarios:

Publicar un comentario