sábado, 30 de octubre de 2010

Un remo gigante



Hubo un día de este año en que ya no dio para más. Tuve que ir a la baulera a buscar el remo gigante. El bote lo tenía a mano, pero no ese remo, tan enorme. ¿No era demasiado grande? Sin embargo era el mismo de siempre, el XXL que guardo para ocasiones especiales. Tenía polvo, hacía mucho que no lo sacaba a la calle, pero estaba en perfectas condiciones. Eso sí.

Me asomé por la ventana y entendí el tamaño del objeto, al ver ese torrente de agua que corría. Me llevó un tiempo acondicionar los elementos y un día que no recuerdo me calcé unos guantes, un salvavidas, las botas de lluvia, el piloto, mi mp4 y me lancé a las aguas con el bote y mi enorme remo. Me llevó semanas aprender a realizar el movimiento y soportarlo. Al principio me dolían los brazos, el pecho, la cabeza. Remé y remé con toda mi fuerza, en medio del agua podrida, para poder llegar a mi orilla. Hay mucho tránsito. Ví un par de conocidos. A algunos los saludé y con otros me hice la boluda.

A medida que avanzo, el agua se va poniendo más tranquila y más cristalina.

Ahí ando, si me ven pasar o nos cruzamos, salúdenme. Soy la de los auriculares y el remo gigante.


PD: no soy el pibito de la foto.

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